Los trastornos del sueño son una de las incidencias más habituales en las personas de la tercera edad debido a que son más proclives a sufrir un cambio en su reloj interno o a la aparición o desarrollo de algunas enfermedades. Por ejemplo, el alzheimer, insuficiencias cardiacas, artritis y afecciones neurológicas, se encuentran entre entre las más relevantes. En cualquiera de los casos, su principal manifestación es en forma de insomnio que es la dificultad para quedarse dormido. De todas las formas, será necesario poner de manifiesto cuáles son los principales desórdenes del sueño que tienen estas personas.
Manifestaciones en la falta de sueño
El trastorno más frecuente es el insomnio, que puede ser crónico o pasajero, y en ambos casos habrá que conocer su causa para mejorar la capacidad de dormir. Otra de las alteraciones está representada por la apnea del sueño. Se trata de unas pausas en la respiración que se generan cuando los mayores están durmiendo. Puede producir severos dolores de cabeza y cansancio durante todo el día. Para minimizar sus efectos, es necesario saber qué motivos lo provocan y seguir un tratamiento. Si fuese por un problema de hipertensión arterial no quedaría otra solución que mantener un control en la tensión; siempre bajo la supervisión de un médico para evitar niveles preocupantes.
No menos importante es la hipersomnia, que es la necesidad de dormir excesivas horas al día pero con unos efectos muy negativos, ya que el sueño no es reparador. En este caso, es aconsejable mantenerse activo durante el día y sobre todo llevar un estilo de vida saludable, incluida la alimentación.
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