Consejos para asegurarse la mejor experiencia en una residencia de ancianos
Tomar la decisión de ir a vivir a una residencia de ancianos o la de llevar a un ser querido a veces resulta difícil. Y en muchos casos traumático.
Como el ingreso a la residencia de ancianos sucede en una fase avanzada de la vida en muchos casos surgen o vuelven a aparecer problemas familiares que han estado latentes todo este tiempo.
Se ha de afrontar el ingreso como algo de lo más normal posible procurando evitar algunos comportamientos.
Evitar promesas innecesarias, tales como, decirle a nuestro ser querido “nunca te llevaremos a una residencia de ancianos”. Una residencia de ancianos es un recurso necesario para muchas familias que no pueden cuidar a sus mayores. Un sustituto correcto sería “Intentaremos hacer todo lo posible para que estés en casa” “Pase lo que pase estaremos, siempre ahí por y para ti” “todo lo que hacemos, lo hacemos por amor”
Buscar una buena residencia de ancianos en Bilbao cuando todavía la necesidad no es urgente. Aunque no tenga pensado ingresar a su ser querido en una residencia de ancianos, tampoco le gustará cuando llegue el momento tener que tomar la decisión a contra reloj. Visitar con su ser querido diferentes residencias para mayores con antelación puede ayudar a desdramatizar la futura situación y además ir cambiando la mentalidad sobre lo que opinamos de las residencias de ancianos.
A veces no nos damos cuenta pero con ciertas palabras que expresamos estamos dando connotaciones negativas a la imagen de las residencias de ancianos. Tendríamos que intentar verlas por lo que son, centros en los que se vela por nuestros queridos mayores, un sustituto del hogar, donde se pueden ocupar de sus necesidades, que muchas veces nosotros no somos capaces de solucionar. Encontraremos por tanto puntos positivos sobre las residencias de ancianos y las expondremos de forma natural y habitual.
Planificar la transición es parte fundamental para el bienestar de los mayores. Es importante hablar con médicos y que ellos nos puedan orientar desde su experiencia, sobre todo en casos de ancianos con problemas de salud.
La implicación de la persona mayor es una de las partes fundamentales en el proceso de decisión, debemos conocer su opinión sobre los centros geriátricos que vamos valorando, a fin de cuentas ellos son los que residirán en ella. Debemos hacerles partícipes.
Es importante llevar el calor de nuestra casa a la residencia de ancianos donde vayan a residir, esto hará que el sentimiento de ruptura que aparece al no vivir ya en el hogar familiar disminuya.
Realízales visitas con frecuencia, a diferentes días y horas. No esperarán que vayamos y su sorpresa será mayor. A mayor presencia más felicidad para nuestros mayores.
Se merecen, después de haberlo dado todo por su familia, una vida fácil. Ahora somos nosotros los que debemos ocuparnos de su felicidad. ¿No creéis?
Residencia de ancianos en Bilbao
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