Con el paso de los años y a medida que se envejece, nuestros ciclos de sueño sufren cambios. El sueño se torna más ligero y fragmentado. Es común que los ancianos duerman menos horas y se despierten más veces durante la noche. Además, es muy frecuente durante la tercera edad la toma de medicamentos, lo que también influye a la hora de descansar debidamente.
En casa o en una residencia de ancianos
Por eso muchos trastornos del sueño pasan desaprecibidos en nuestros mayores. Detectar los posibles signos de trastorno ya vivan en casa o en una residencia de ancianos, haría posible conseguir un diagnóstico y tratamiento adecuado, propiciando un mejor descanso y bienestar.
Principales trastornos en la tercera edad
Insomnio:
Podemos sospechar de que un anciano sufre insomnio cuando no consigue conciliar el sueño o mantener un sueño reparador, que tendría consecuencias como cansancio durante el día, pérdidas de memoria o somnolencia. Pueden deberse a tratamientos médicos, situaciones de estrés, circunstancias de duelo por la pérdida de algún ser querido, dolores crónicos o depresión.
Síndrome de piernas inquietas:
Se trata de movimientos involuntarios de las piernas, acompañados de sensación de incomodidad. Empeora en reposo y con el avance del día. Afecta a casi el 20 % de la población de la tercera edad.
Apnea obstructiva del sueño:
Cuando los tejidos de la garganta se relajan, pueden llegar a cerrar el camino al aire durante la respiración. Esto implica una sensación de ahogo que provoca el despertar. Cuando estas interrupciones de la respiración se dan con frecuencia, tienen consecuencias negativas en el descanso y en la salud en general.
Trastorno conductual del sueño:
Afecta aproximadamente al 9 % de la población mayor de 80 años. Se da con más frecuencia en hombres ancianos que en mujeres. Se trata de la inexistencia de control en los ciclos de sueño.
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