Consejos para prevenir los efectos del calor en ancianos

Consejos prevenir calor en ancianos

Las altas temperaturas y el aumento del porcentaje de humedad pueden suponer un riesgo para determinadas personas, particularmente para las de la tercera edad. De este modo, es crucial ser conscientes del peligro que supone la exposición de nuestros ancianos al calor extremo y de cómo prevenir los temidos golpes de calor.

¿Por qué los mayores son especialmente vulnerables al calor?

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), una de las principales razones del peligro de la subida de las temperaturas entre los ancianos es que, con la edad, pierden la capacidad de percibir el calor y de sentir sed. Debido a esto, las personas mayores descuidan su hidratación y son mucho más propensas a sufrir el tan temido golpe de calor.

En otro orden de cosas, debemos de tener en cuenta que los síntomas que presentan estas afecciones estivales suelen pasar totalmente inadvertidos en estas avanzadas edades. La razón es que, habitualmente, al experimentar un golpe de calor, aparece un cansancio extremo, muchísima fatiga, una debilidad incapacitante, entre otras muchas sensaciones, que pueden camuflarse frente a las patologías propias de una persona mayor.

Consejos para mitigar el calor en la tercera edad

Todos debemos seguir unas pautas básicas con la llegada de las altas temperaturas, pero, en el caso de las personas mayores, las precauciones deben incrementarse.

Hidratación

Mantener a nuestros mayores bien hidratados es relevante. Aunque no tengan sed, tienen que beber (agua, zumos, infusiones, refrescos...). Debemos recordarles cada poco tiempo que deben ingerir líquidos constantemente.

Prohibida la exposición solar prolongada

Es muy habitual que los ancianos se sienten al sol o salgan a dar un paseo sin importar la temperatura ni la hora que sea. Debemos evitar que permanezcan expuestos al sol durante mucho tiempo, sobre todo en las horas de más calor y humedad.

Comidas ligeras y bien digeribles

Una digestión muy copiosa aumenta mucho nuestra temperatura corporal. Por eso, es importante ingerir alimentos ligeros, como ensaladas, verduras o frutas.

Ropa ligera y fresca

Además de proteger su cabeza durante la exposición directa al sol, es importante que nuestros ancianos vistan ropa fresca y transpirable para evitar que el calor se impregne en su cuerpo.

Habitaciones frescas y ventiladas

Es fundamental colocar las persianas bajadas y las ventanas abiertas para evitar que el sol entre directamente en la estancia y favorecer la ventilación.

Duchas frescas

Así pues, pasar por la ducha frecuentemente permitirá a nuestros mayores refrescarse de forma rápida y regular su temperatura corporal.

En conclusión, además de estos consejos, lo más importante durante la época estival es acompañar a nuestros ancianos todo lo posible, vigilando que no se presenten los temidos síntomas de que el calor les está afectando de manera negativa. Las personas de la tercera edad son tremendamente vulnerables y todas las precauciones son pocas. Así lo hacemos en nuestra residencia.

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