La depresión en la tercera edad, junto con la demencia, es la enfermedad mental más común. Además, a veces, puede ser difícil su diagnóstico, ya que los síntomas son distintos en etapas más avanzadas de la vida y pueden confundirse con otras patologías.
Causas de la depresión en la tercera edad
Las razones por las que aparece la depresión son similares en personas jóvenes y mayores. Pero, en la tercera edad, surgen algunas situaciones que pueden desencadenar los estados depresivos o agravarlos. Por ejemplo:
- Cambios de residencia. El hecho de verse obligado a abandonar el hogar para ir a vivir a un centro de mayores puede suponer un golpe importante para una persona.
- Independencia de los hijos. Ver cómo los descendientes se marchan de casa y ya no necesitan a los padres también puede ocasionar depresión en los mayores.
- Pérdida de autosuficiencia. En la tercera edad, se pierden facultades y aparecen problemas de movilidad o, incluso, para desempeñar las tareas cotidianas.
- Muerte de las personas del entorno. El cónyuge, amigos cercanos, familiares de edades similares... Cuando empiezan a morir personas del entorno, una persona tiende a creer que será el siguiente en fallecer y esto le pone muy triste.
- Enfermedades físicas. Los dolores crónicos, debidos a problemas articulares y musculares, y otras enfermedades que surgen como consecuencia de la edad (problemas tiroideos, Parkinson, demencia, enfermedades cardíacas, etc.) incrementan la depresión en este sector de población.
- La soledad y el aislamiento. Es la edad de la jubilación y, por tanto, una etapa en la que el ritmo de actividad desciende bruscamente. Además, algunas personas tienden a encerrarse en sí mismas y no salir a la calle.
Tratamientos para la depresión en los mayores
Las personas de alrededor pueden ayudar a un enfermo de depresión. Le pueden acompañar a hacer deporte y recordarle sus citas médicas. Pero siempre se debe buscar el diagnóstico de un especialista, que descarte que existen otros problemas y paute el tratamiento adecuado.
- Psicoterapia. Debe ser llevado a cabo por un psicólogo, psiquiatra o especialista autorizado. Algunas de las terapias más empleadas son la cognitivo-conductual y la interpersonal.
- Medicamentos. El psiquiatra, además, está autorizado a recetar fármacos. Los más comunes son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, conocidos como antidepresivos, los cuales equilibran los niveles de hormonas implicadas en el estado de ánimo (la serotonina).
- Terapia electroconvulsiva. Si los anteriores tratamientos no han funcionado, se puede probar a aplicar electrodos en la cabeza del paciente, para transmitirle una corriente suave y segura al cerebro.
- Estimulación magnética transcraneal repetitiva. Esta usa imanes para activar el cerebro.
La depresión en la tercera edad es bastante común, pero también cuenta con muchas posibilidades de tratamiento. Y es que, aunque sea frecuente, no es un estado normal del envejecimiento, por lo que no hay que resignarse a vivir con ello.
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